martes, 21 de enero de 2014

La violencia contra la mujer repunta pese al descenso de la criminalidad en España


Los "satisfactorios datos" sobre criminalidad de 2013—en palabras del ministro Jorge Fernández Díaz— se han visto desdibujados por un repunte de la violencia contra la mujer. Tras la tendencia a la baja registrada en el último lustro, las violaciones registraron el pasado año un aumento del 1,4% y las fallecidas a manos de sus parejas y ex se incrementaron en un 3%. Dos ascensos que se enmarcan dentro de un contexto generalizado de caída de la delincuencia en el país, que se sitúa actualmente en su nivel más bajo (46,1 infracciones penales por cada 1.000 habitantes) desde 2002; según el balance anual de Interior.
"La violencia contra las mujeres es una lacra a erradicar", ha comentado este miércoles Fernández Díaz, que ha insistido en que España no representa un "oasis" con relación a este asunto; porque este problema, ha apostillado, se encuentra presente en todas las sociedades. Aún así, las cifras marcan ahora un punto de inflexión. Las violaciones, la mayor parte a mujeres, se elevaron hasta las 1.298 en 2013 (+1,4%). Este alza contrasta con los descensos de ejercicios anteriores. En 2012, con 1.280 agresiones sexuales de este tipo, bajaron un 15,4% en comparación con 2011, cuando hubo 1.513 en todo el país. Pero, además, sin incluir los datos de los Mossos d'Esquadra de Cataluña, el Ministerio de Interior ya había contabilizado antes un descenso continuo: registró 1.177 violaciones en 2010, 1.304 en 2009 y 1.386 en 2008.
El informe también muestra como las fallecidas a manos de sus parejas sentimentales, 54 en total, han repuntado ligeramente en un 3% tras dos años de descensos. 52 mujeres perdieron la vida en 2012, 63 lo hicieron en 2011 y 73 en 2010. Además, la cifra de 2013 todavía se mantiene por debajo de las de 2009 (56), 2008 (74) y 2007 (72).
A pesar del aumento de estos dos tipos de infracciones penales, el balance de 2013 verifica que la crisis no ha acentuado la criminalidad en el país. De hecho, durante este periodo de estrecheces económicas, ha ocurrido justo lo contrario."España es un país cada año más seguro. Lo acreditan los datos y la percepción subjetiva de los ciudadanos", ha asegurado Fernández Díaz, que ha destacado que los delitos cometidos cayeron un 4,3%. De los 2,26 millones de 2012 a los 2,17 de 2013. Este descenso implica que la tasa de criminalidad actual (46,1) se sitúe en su nivel más bajo desde 2002 (52,2).
De hecho, junto a la ligera proliferación de la violencia contra la mujer, tan solo otro delito ha aumentado: el robo con fuerza en domicilios (+0,8). Las fuerzas de seguridad han contabilizado en 2013 un total de 127.380 asaltos a viviendas, en comparación con las 126.425 del ejercicio precedente.

lunes, 20 de enero de 2014

Ser médico sin tocar un cadáver

          

Miles de estudiantes de Medicina salen de las aulas españolas sin haber hecho prácticas reales de anatomía, es decir, disección de cadáveres, una disciplina que se estudia en los dos primeros años de la carrera, a pesar de que nunca como ahora se habían recibido tantos cuerpos donados a las universidades para este uso. Un estudio publicado recientemente en Holanda revela que un 6% de los errores graves que se producen en enfermos hospitalizados se deben principalmente a causas humanas, entre ellas el poco conocimiento y la mala transferencia de la información. La revista científica americana Clinical Anatomy contaba a principios de siglo hasta 80.000 muertes evitables al año en las mesas de quirófano. Y un número no desdeñable de ellas, decía, pueden atribuirse a la incompetencia en los conocimientos anatómicos necesarios por falta de una formación académica rigurosa.
 La Anatomía se sigue impartiendo en las facultades de Medicina, perotuvo días más felices. En los años cuarenta era la estrella, con la Fisiología, pero otras disciplinas le fueron arañando terreno: la Biología, Genética, Histología, Bioquímica... En la actualidad, hay facultades que imparten 60 horas y otras que llegan a 200.
Nadie discute la importancia de la anatomía en la formación médica, pero hay un fenomenal debate abierto sobre las formas de impartirla. A un lado, los que defienden la disección de cadáveres; en la otra esquina, los que creen que el famoso óleo de Rembrandt bien puede suplirse ya por las nuevas tecnologías. Y en medio, matices variopintos.
"No hay tiempo para disecar", dice un catedrático de Anatomía
En todo caso, ya hay muchas facultades donde los alumnos apenas asoman la nariz por las salas de disección. “No tenemos tiempo y no siempre los profesores están preparados para eso. Nuestros alumnos pasan por la sala, ven el cadáver... no hay tiempo para disecar”, argumenta el catedrático de Anatomía Manuel Rosetti. Él defiende las nuevas tecnologías: “El licenciado, cuando va a enfrentar una patología no puede abrir la cabeza, pero tiene otras herramientas, las resonancias, el TAC. Hay que adecuarse a ello”, afirma. Aunque reconoce su impresión cuando, siendo alumno, entró por primera vez a una sala de disección: “Yo creía que el útero era grandísimo y se me grabó para siempre su pequeño tamaño. Es cierto que el 3D carece de valor si, además, no se ve in situ. Pero sí, puede ser verdad que cientos de alumnos salen sin ver cadáveres ahora”. Y lo achaca en su universidad a las costumbres sociales de los andaluces: “Cádiz tiene problemas para recibir cuerpos donados. Es una circunstancia social”, asegura

miércoles, 15 de enero de 2014

Guerreras de la vida

Creo que, en efecto, es cierto que estamos saliendo de la crisis y que la mejora empieza a repercutir débilmente en la gente de la calle. Conozco a una docena de familias en estado crítico, parados de larga duración que llevaban cinco o seis años sin trabajo; pues bien, tres de esas familias han conseguido un empleo en los dos últimos meses. Empleos miserables, desde luego, pero empleos al fin, una bendición para personas que no tenían ni para pagar los 17 euros de la bombona de butano y que vivían con la luz cortada. Se diría, pues, que las cosas se van moviendo, aunque, eso sí, a costa de un destrozo social aterrador y probablemente irreversible. La brecha entre pobres y ricos se ha agrandado y no parece que hayamos aprendido nada de la crisis. Seguimos repitiendo los mismos errores y me temo que la recuperación está precariamente sujeta con alfileres. Pero, aun así, creo que nos merecemos cierto regocijo. Necesitamos esperanzas, necesitamos alegrías, y podemos permitirnos un suspiro de alivio.
Ahora bien, este tibio avance está llegando cuando miles de españoles andan ya con la lengua fuera. Cuando han perdido sus casas hipotecadas, luego se han comido todos sus ahorros, después, los ahorros de sus padres, y ahora están a punto de ser desalojados de sus pisos alquilados. Muchas de esas personas son mujeres, y además mujeres solas; mujeres esforzadas que lo han ido perdiendo todo poquito a poco. En la última semana han llegado a mis manos tres casos de este tipo. Déjame que te cuente cómo la vida puede pasar por encima de ti y atropellarte. Y, aun así, cómo puedes seguir en pie y peleando.
El primer caso es el de María Aurora Esteban. Tiene 40 años, vive en Madrid y estudió Ingeniería Técnica Industrial. Le faltaban 9 asignaturas cuando el padre murió. Tuvo que dejar la carrera y ponerse a dar clases de matemáticas para la ESO en una academia particular. Tiempo después, su madre enfermó de cáncer y María abandonó el trabajo para cuidar de ella hasta su fallecimiento. Por entonces, era el año 2012, las academias ya no contrataban a nadie. María Aurora volvió a dar clases particulares, pero con la crisis apenas hay alumnos. Ahora, sus únicos ingresos son 40 euros al mes de dos clases y 20 euros más por otra que da en Internet. Come gracias a la generosidad de una prima y a Cáritas. Si no puede pagar el alquiler la echarán de casa. Tiene un blog de problemas matemáticos,lacampanadegausss.blogspot.com. Si consigue que entre mucha gente, podrá monetizar el blog y sacar algo de dinero. También está decidida a reciclarse: quiere aprender peluquería para perros, pero no puede pagar las clases. Se ofrece como ayudante (puede lavar y desenredar a los animales) a cambio de la formación.
Luego está Begoña, de 50 años, divorciada y con dos hijas. Vive en Fuenlabrada, Madrid, y sólo ingresa al mes una ayuda de 131 euros y otros 380 euros para la manutención de las niñas, un monto tan exiguo que se encuentran al borde del colapso. Begoña ha hecho de todo y está dispuesta a hacer de todo. Hizo un curso de ayudante de cocina y otro básico de costura, tiene dos carnets de conducir, el B normal y el D para autobuses, ha trabajado como vigilante de seguridad en varias empresas, pero sin chapa (no pasó las pruebas físicas), ha limpiado casas, se defiende con el ordenador “y si tengo que aprender algo, se me da bien y aprendo rápido”. Esto es lo que me fascina del ser humano: la tenacidad para reinventarse, para adaptarse, para luchar incluso por encima de las propias fuerzas. Déjame usar el artículo como bolsa de trabajo: si sabes algo para estas mujeres, escribe a familiasayuda@gmail.com.
Y aún me queda hablar de la maravillosa Clara Fenoll, que padece fribromialgia aguda, cansancio crónico e hipertiroidismo, por lo que recibe una media pensión de discapacidad que no llega a 400 euros. Un dinero insuficiente para pagar gastos e hipoteca, de manera que, tras merendarse los ahorros, su casa está a punto de ser embargada: “Lloré muchísimo hasta que reflexioné y me dije, Clari, eres afortunada. Mira alrededor y observa, y a partir de ahí cambié el chip. No quiero perder mi piso, pero he tenido mucha suerte porque mi pareja (que padece ataxia de Friedreich y es discapacitado absoluto y sólo cuenta con los ingresos de su pensión) nos ha acogido a mí y a mi hija en su casa; y además he podido seguir los estudios en la Universidad, porque la tengo muy cerquita y al ser discapacitada no pago nada”. Y encima encuentra tiempo y aliento para dar clases gratis a inmigrantes, sobre todo africanos, o para recoger alimentos y material escolar para llevarlo a Siria. En fin, hay personas con tal acopio de coraje y energía que me dejan sin palabras. Modelos de resistencia, guerreras de la vida.