sábado, 15 de febrero de 2014

Feministas critican la “falacia” de “lo daría todo por ti”

        
La Federación de Mujeres Jóvenes ha presentado este viernes un personaje para reforzar su campaña de prevención de la violencia de género, llamada Súper Valentina. La idea es reconvertir los estereotipos de género que, según la presidenta María Jesús Girona, perpetúan las relaciones desiguales de pareja. La iniciativa coincide con 1 Billion Rising ("Mil millones se alzan", en inglés), una convocatoria mundial que pretende sacar a bailar a la gente a la calle contra la violencia de género. La Federación de Mujeres Jóvenes participa en la convocatoria madrileña –a las 17.30 en la plaza de Lavapiés–, y la coincidencia no es coyuntural: se trata de aprovechar el día de San Valentín para llamar la atención sobre el problema.
El año pasado One Billion Rising recabó vídeos de acciones grabados en todo el mundo, y la organización sostiene que alcanzó su objetivo en número de manifestantes. Este viernes, en España hay convocadas protestas en Murcia, Cantabria, Galicia, Andalucía, Baleares, la Comunidad Valenciana y Cataluña.
¿Cómo se perpetúan estas normas? "En el día a día se hace a la mujer dependiente del modelo romántico de un amante que vaya a satisfacer todas sus necesidades, y hace depender su vida de eso", opina Hilario Sáez, de la organización Hombres por la Igualdad. "Esa idea del amor romántico sigue siendo el enganche de las jóvenes, por ejemplo con las películas de vampiros Crepúsculo. Al final, San Valentín es simplemente una fiesta comercial".
La lucha puede parecer fútil: las campañas de San Valentín son omnipresentes en todo el mundo, y en las últimas décadas el rojo y el rosa invaden los locales de ocio con ofertas cada 14 de febrero. "Este año hemos notado un repunte en las reservas, también porque cae en viernes", explica Emilio Gallego, Secretario General de la Federación Española de Hostelería. "Para los restaurantes que se orienten hacia actividades lúdicas, el día puede suponer un 20% más de ingresos", estima.

lunes, 10 de febrero de 2014

La sana envidia de la integridad


          ¿Es la corrupción —o la falta de integridad pública— el principal problema de la sociedad española? Si atendemos a lo que dicen las encuestas, la corrupción ocupa ahora un muy destacado segundo lugar entre las preocupaciones de los españoles. ¿Nace de un sincero malestar ético? ¿Es una reacción tardía ante un hecho antes tolerado? ¿Expresa una envidia elogiable respecto de países libres de esta lacra? ¿Es un reflejo de la reiterada difusión que los medios de comunicación hacen de los episodios de corrupción y de sus protagonistas?
En todo caso, contrasta esta preocupación generalizada por la corrupción con el hecho de que —también según las encuestas— un número muy bajo de ciudadanos declara haber sido víctima de peticiones de soborno o “mordida” por parte de políticos o funcionarios. Ello ha llevado a los estudiosos del asunto a manifestar que no existe en España la “corrupción sistémica” propia de la cultura política y administrativa de otros países. En el caso español, por tanto, llama la atención esta contradicción: la corrupción es percibida como un gran problema, pero son relativamente muy pocos quienes afirman haber sido directamente perjudicados por ella. Lo habitual en otros países es una clara correlación entre la percepción sobre la extensión de las prácticas corruptas y el número de ciudadanos que admiten haber sido víctimas de ellas.
¿Qué factores generan esta disonancia? Los expertos intentan identificarlos. No parece resultar de un aumento repentino de las conductas corruptas. En todo caso, la reacción negativa provendría de una menor tolerancia social y de una creciente capacidad de las autoridades para detectarlas y castigarlas. ¿Respondería esta mayor intransigencia a un súbito reforzamiento de la moral pública que rechaza ahora lo que antes contemplaba indulgentemente? Tal vez.

En España, la corrupción es percibida como un gran problema, pero son relativamente muy pocos quienes afirman haber sido directamente perjudicados por ella
Otros observadores ponen de relieve el impacto directo de la crisis económica: una restricción inesperada y aguda de los recursos disponibles haría intolerable ahora una distribución arbitraria y fraudulenta de dichos recursos que era consentida con menos escrúpulos morales en tiempos de abundancia. No hay que olvidar tampoco el impacto multiplicador del tratamiento mediático de la corrupción. Junto a su sano efecto de denuncia pública, la repercusión mediática puede producir también un efecto deformador. Actuaría como “cámara de resonancia” que genera un eco incesante y repetitivo sobre los mismos hechos y magnifica su extensión. Parecen denotarlo algunos estudios.

domingo, 9 de febrero de 2014

La crisis agrava la xenofobia en España, pero la convivencia continúa siendo buena


         
           La actitud de los españoles hacia los inmigrantes se deterioró en 2012 por la crisis, aunque la convivencia sigue siendo buena y las actitudes racistas no han aumentado demasiado, en contraste con otros países europeos como Francia, Austria o Suiza –donde los partidos xenófobos se han beneficiado enormemente de la recesión y la tasa de paro–. Mientras que la gente que declaraba aceptar a los inmigrantes en 2010 era un 70%, en 2012 esta cifra se redujo al 57%. En el mismo periodo, el rechazo declarado a las comunidades inmigrantes aumentó de un 10% a un 14%. Los datos han sido facilitados este viernes por la Fundación La Caixa, que ha presentado un informe elaborado en 17 barrios o distritos de 14 provincias en toda España.
El muestreo del informe incluye 9.323 entrevistas personales en estas localidades, de perfil socio-económico bajo, alta densidad migratoria (interna y extranjera) y presencia de otras minorías étnicas como la gitana. La elección de las comunidades deriva directamente del plan de integración de la fundación privada, que cuenta con el apoyo del Gobierno.
El aumento de la intolerancia no llama "en exceso" la atención de Joaquín Arango, catedrático de sociología y experto en demografía en la Universidad Complutense. En el caso español cabe destacar, según él, "la sosegada acogida de los inmigrantes, y que esta se haya mantenido durante seis años de crisis terrorífica". El aumento del rechazo se puede explicar por "la gravedad de la crisis, pero esas manifestaciones no son mayoritarias", explica por teléfono. Un ejemplo de tolerancia que presenta Arango es la baja incidencia de islamofobia en el país, en comparación con otros países europeos. "Es cierto que aquí hay menos inmigrantes musulmanes, pero los atentados de Atocha [el 11-M] no se tradujeron en grandes rechazos ni incidentes", añade. Según el informe, dos de cada tres habitantes (el 67%) considera inaceptable que se excluya a una alumna de un colegio por llevar puesto el velo. A pesar de ello, el recelo declarado hacia "lo musulmán", según la encuesta, aumentó de un 23% a un 26% entre 2010 y 2012.

El 78% de los encuestados siente
que su barrio es
un buen lugar para vivir
Los datos de convivencia, a pesar de todo, son positivos. La gran mayoría de encuestados (el 78%) siente que su barrio es un buen lugar para vivir. Y el 44% de padres cree que la diversidad en la escuela es enriquecedora para sus hijos, frente al 2% que cree que es perjudicial. 
"Los partidos xenóbofos [en España] no tienen ningún éxito y obtienen resultados ínfimos", recuerda Arango. El ataque sufrido en la sede de SOS Racismo en Madrid el mes pasado, realizado por un grupo de extrema derecha, cree que es un hecho puntual: "Para que haya neonazis no hace falta que existan extensos sentimientos hostiles [en la sociedad]", explica. "Atribuir una mayor significación a ese ataque sería seguirles el juego, porque lo que quieren es crear un ambiente de tensión."
Los antropólogos y sociólogos que han elaborado el documento inciden en la importancia del trabajo en el ámbito local: el día a día con Ayuntamientos, ciudadanos y asociaciones en los barrios. La reforma de la Administración local, aprobada el año pasado por el actual Gobierno popular, restringirá las posibilidades de los Ayuntamientos de presentar proyectos de apoyo social por cuenta propia. La competencia de este tipo de iniciativas ya era de las comunidades autónomas antes de la reforma, pero a efectos prácticos los municipios ahora tendrán más dificultades para prestar ayuda de este tipo. "Una centralización hacia arriba es contraproducente", opina Carlos Giménez, uno de los antropólogos del informe, porque la cohesión social "es un papel absolutamente indispensable de la Administración local". "Cuando la falta de infraestructura coincide con la alta diversidad se produce una mezcla explosiva porque se culpa al otro", ha explicado durante la presentación.
La Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales denunció esta restricción, que ha sido defendida por el Gobierno como una medida de ahorro repetidas veces el año pasado. Mantienen que la reforma local es "la mayor amenaza que se cierne sobre los servicios sociales", ya que estas competencias "se califican en su mayor parte como impropias y deberán dejar de prestarse". La asociación sostiene que "los servicios sociales de proximidad de los Ayuntamientos constituyen una primera, digna y silenciosa línea de contención" de las personas empobrecidas por la crisis.